por Sam Mendoza Kong
¿No extrañas cuando no estoy cerca? Pasar tiempo contigo es ver cómo despunta el sol en el horizonte, primero se asoma tímido, su recorrido inicia despacio, va surgiendo poco a poco, va llamando la atención hasta que se va mostrando como por una pasarela y llega al punto más alto y despliega toda su energía y entonces, todo es luz y su presencia es obvia, así tú en mi día, conforme vamos reconociendo que estamos aquí y vamos encontrando palabras, momentos, nos escuchamos, nos reímos, hasta que el día es un compartirlo todo y disfrutarlo a tope, para no querer partir, para desear que se prolongue como una puesta de sol, que hace emerger todos los colores y su majestuosidad y da una hermosa paz y una sensación de que podemos ir a descansar felices.
Estar contigo es aurora y es cenit, es calma y es prisa por disfrutar, es respiración que eleva el pecho y luego deja que el aire salga suave, pausado y se quede la relajación.
No quisiera que te vayas, pero es bueno que lo hagas, que me quede con ganas, con hambre de mañana. Entre tanto, está la luna, que también es nuestra, cuando ella está y nuestros ojos se han cerrado, la mente recorre el día, lo revive, lo llama a quedarse un poco más y ahí te encuentro, en ese pensarte, sentirte y recordar.
Mañana, me alegro, será otro día para estar, ojalá vuelva a verte.
Pluma y Pensamiento
En el blog
No te pierdas otros escritos de mi pluma y pensamiento


Deja un comentario