Por qué y para qué escribo

por: Sam Mendoza Kong

  • Por qué y para qué escribo

«Pienso, luego escribo«

La escritura

«Escribir es una manera de dejar mi voz y la huella de mi paso por este mundo«.

Sam Mendoza Kong

Escribir me gusta desde muy niña. Muchos de mis juegos tenían qué ver con la escritura, un día era una periodista que hacía entrevistas a personas imaginarias, otras veces, hacía mis noticias y me convertía en la lectora de estas para un público exigente «mi hermano y algunos peluches».

En ocasiones, me sentaba por horas a intentar esa primera novela, emborroné un sinfín de páginas, sin lograr mucho, pero “el gusanito” se mantuvo dando vueltas en mi cabeza, ¿o era en mi panza? Alguna vez participé en un concurso en mi escuela con un ensayo sobre la familia, no gané nada pero mi familia me echó porras y sé que a ellos les gustó, no necesitaba más.

También hice mis pininos escribiendo diarios que escondía recelosa de ser hallados por algún lector chismoso y verme descubierta en aquellos secretos que sólo deseaba contarles a esas hojas de papel y a nadie más.

Luego llegó la adolescencia con tanto qué decir, y pensando en que no encontraría comprensión para aquello que sentía, vertí en papel higiénico, servilletas, papel bond, manteletas y básicamente cualquier trozo de superficie lisa, mis sentimientos. De esa etapa, las amistades, los amores, los desamores, los miedos, las alegrías fueron surgiendo primero poemas y después prosa que conservé y fui compartiendo solo a un grupo que yo consideré muy selecto y obtuve comentarios agradables de regreso, lo que me hizo pensar que, o los elegía bien o me querían mucho o en verdad habían encontrado algo valioso en mis palabras.

Como hacíamos las personas antes del WhatsApp, de las redes sociales, del internet y del correo electrónico, me escribía cartas con cuanta persona quisiera escribirme de regreso. En ese entonces, sabíamos que todo tardaba una eternidad en llegar a su destino, pero había la paciencia y la inquietud de abrir el siguiente sobre, aunque su contenido fuera una sencilla postal con tres líneas escritas y la firma del remitente al calce. Tengo cajones enteros llenos de esta correspondencia en muchas ocasiones íntima, sentida desde el corazón.

Y hablando de ello, por alguna carta me rompieron también el corazón, como aquella vez que recién había ingresado a la secundaria y le escribí a mi “mejor amiga” para decirle cuán feliz me hallaba de entrar a la nueva escuela y cuán agradecida me sentía de tener la suerte de estar de nuevo juntas. Ella, quizás en su afán por hacer nuevas amistades, de frente a mí y sin leer aquel papel, lo rompió en mil pedazos y me lo tiró a la cara mientras me decía que aquello eran boberías de niña, que dejara de buscarla, que no quería ser más mi amiga. Lloré desconsolada, tanto como puede llorar una adolescente herida y para remediar mi sentimiento, escribí mis sensaciones y emociones por días.

Igualmente en otra ocasión, mi amor platónico de la preparatoria, luego de ser mi amigo por años mientras me mantuvo en esa “zona de amigos” de la que yo quería desesperadamente salir para pasar a la “zona de somos algo más”, me escribió una de las cartas más extrañas que he recibido, algo parecido al mito de la cueva contado por Platón.

Mientras leía aquellos renglones escritos con su mejor caligrafía, comencé a animarme. Mi amigo contaba que su personaje siempre se había sentido como en un lugar oscuro, frío, desolador, hasta que me encontró en su vida y de pronto esta había sido sacudida por una luz brillante, cálida, que mostraba todo su esplendor y magia. Animada con la posibilidad de estar traspasando el umbral de reticencia de su corazón, la carta tuvo el desenlace más inesperado… El personaje se regresó a su cueva asustado. Mi sonrisa se borró al terminar de leer, mi estado de ánimo decayó, mis ojos se llenaron de lágrimas y terminé escribiendo a mis mejores amigas sobre esa desilusión tantas cartas, que no recuerdo la cantidad. Sólo espero no haberlas aburrido con mis líneas.

En la juventud, escribí canciones, les puse música y el día de mi boda, se las regalé a mi esposo, a mi familia, a mis amigos.

Escribir fue también la catártica manera de pasar por uno de los peores momentos de mi vida: la muerte de mi hermano Arturo. El sorpresivo suceso fue como una daga atravesando cada una de mis entrañas un sinfín de veces sin compasión alguna. Una gran medida de mi dolor era por los que nos quedábamos aquí, por sus dos hijos pequeños, por su esposa, mis papás, mi hermano Alex, y todos los amigos que lo conocimos.

Para tratar de recuperar los recuerdos y mantener viva su memoria, pasé meses entrevistando amigos, familia, reuniendo fotografías, historias, volví a todos y cada uno de los cajones de mi mente y mi corazón donde había reservado todo mi amor y energía hacia estos seres que estábamos tan desconsolados y el día que por fin pudimos dirigirnos a dejar sus cenizas al mar, ese día les hice el regalo de ese libro sobre su vida, sobre nuestras vidas, un homenaje de amor, mi homenaje a ese ser tan humano, imperfecto pero feliz que fue mi hermano y en el ínter, solté y descansé y creo que también él, finalmente.

Hoy, escribir sigue siendo para mí, como la respiración, algo tan necesario, algo que hago sin pensar, que me sale en automático, pero igualmente sigue siendo la oportunidad de escuchar mi voz interior, dejar que me hable directo, sin ninguna restricción, permitir que me deje ser yo al usar la pluma cada palabra escrita me haga sentir y vibrar.

Por qué y para qué escribo, lo hago por todos los beneficios que he podido obtener a través de la escritura, y quiero con todas mis fuerzas, seguir comunicando su poder y compartirlo con quien quiera leer las líneas que salen de mi corazón y mi cabeza, quizás quien decida hacerlo, encuentre paz o alguna energía que lo abrace y envuelva, que les permita viajar al interior de sí mismos y de su imaginación y descubrir la enorme magia de la literatura y la escritura, para mí, uno de las muestras más grandes a lo largo de la historia, de la inteligencia y el ingenio humanos.


¿Y a ti te gusta escribir? ¿Por qué y para qué escribes? Este es tu espacio, compartamos…


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Pluma y Pensamiento


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